martes, 8 de marzo de 2011

Hasta pronto?


Hace ya tiempo que tenía que haber escrito esta entrada, pero no quería. Dos o tres meses atrás Kitty nos abandonó. Y ayer me di cuenta de que ya era hora de decirle adiós.

Como bien empiezan los relatos trágicos, todo empezó una tarde en la que yo no me encontraba en la Mansión, después de arduas peleas con nuestros ya conocidos enemigos, me tocó descansar. Por fin tenía vacaciones y que mejor manera de aprovecharlas que quedar con los amigos a reír y tomar un café o lo que encarte.

Para unos días que falto en la mansión, me llaman y suena la voz de Kitty.
- Nos atacan y nadie me ayuda.
- ¿Quién ataca?
- No los conozco, parecen de otra dimensión.
- ¿Quién está por ahí?
- Sebastian y Rondador Nocturno.
- Mierda, tienes que hacer algo, no creo que ellos sean de gran ayuda, ya que Sebastian es más bien táctico y Rondador es para las salidas de emergencia.
- Oh¡ Dios mío, nos están apuntando con…..

La comunicación se cortó en ese instante. Empecé a dar vueltas sin saber que hacer, estaba demasiado lejos de la Mansión como para llegar a tiempo y sintiéndolo mucho no pude hacer nada.

Al día siguiente volví a la Mansión, parecía que no había pasado nada, pero el ambiente estaba cargado de pesimismo y mal rollo. Kitty se había sacrificado por nosotros para salvarnos de lo que luego conocimos como la dimensión “recortepersonal”.
Lanzaron un misil del tamaño de un planeta para que impactara en la Mansión ya que vieron que no podían conquistarla, con el propósito de destruirla por que ellos no la conseguirían. Y la única opción que le quedo a Kitty fue sacrificarse. Gracias a su poder hizo atravesar esa gran bala por medio de todo y todos haciendo el mayor esfuerzo que podía soportar.

Sólo hubo una consecuencia, al finalizar la transición de la bala por todo el planeta, las fuerzas de Kitty se mermaron considerablemente, dejándola extenuada y sin poder suficiente como abandonar la bala antes de que dejara el planeta.
Ahora mismo se que esta navegando por el universo dentro de un bala gigante, pero no la doy por perdida, seguro que volveremos a saber de ella.


PD: Todo parecido con aquellas historias de Josh Whedon, que algunos conocen, es cierto. Me parecía el
mejor homenaje a Whedon como a Kitty hacer el final más épico que conozco.

Nos vemos en los bares