jueves, 11 de noviembre de 2010

Pequeñas cosas que te alegran el día


Estando en la Mansión y arreglando como no, algún asunto del Club del fuego infernal, Kitty y yo, decidimos que hacia falta hacer una pausa en nuestro ajetreado día, para ir a desayunar al café de Harry.
En esta Mansión siempre hay prisas asi que preferimos coger un Kin-jet para no tardar tanto en las idas y las venidas y tener más tiempo para el desayuno.
Entramos en el garaje y Kitty se pone a los mandos, en esto que oigo un Oooopsssss, pero muy dulcemente pronunciado. Kitty me mira y no me dice nada, sólo se pone a reír. Abre la puerta del kin-jet y empieza a mirar debajo del asiento, mientras yo preguntando que narices pasa y por que no nos vamos que había que desayunar.
Por fin veo como se le ilumina la cara de felicidad a Kitty mientras que me muestra una llave.
Se le habían caído las llaves de kin-jet. Nos podéis imaginar el ataque de risa que me ha dado en ese momento. Es del tipo que aunque haya pasado las horas mientras me siga acordando me voy a seguir riendo. De ahí que cuente esta pequeña anécdota para poder acordarme siempre que lo lea.


Nos vemos en los bares

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por hacerme más llevaderos los días tan larguísimos en la Mansión, las pequeñpas cosas son las que nos hacen reir.
.......Porque aserrin.....porque aserrin.... esto si que es.....jajajajajajajaja.
Fdo. Kitty