El sol brillaba, los pájaros cantaban y yo haciendo mis ejercicios en la sala del peligro, sin enterarme de lo que ocurría a mi alrededor. Kitty y Coloso habían ido en misión de infiltración a la guarida de los Centinelas, estaban revoltosos últimamente. La ausencia de Sabia estaba justificada ya que seguían haciéndole pruebas por su problemilla de radiactividad.
En un segundo se nubló el día, los pájaros se alzaron en vuelo en el horizonte y el sentido de peligro que le robé a Ms Marvel (que había estado apagado durante mucho tiempo) empezó a alertarme de que algo maligno se acercaba.
No le hice caso a las alertas de mi cabeza, yo seguía currando hasta que Sapo me llamó y empezó a preguntarme acerca de mi trabajo en la mansión. Todos conocen a Sapo, cuando pregunta significa problemas a la vista y encima en mi cabeza sonando las alarmas.
En esto que suena mi el intercomunicador de la sala del peligro Sapo quería verme en su despacho. A mi?, Para qué? Dónde estaba Emma cuando se le necesitaba para enterarme de lo que estaba ocurriendo?
Dejé lo que estaba haciendo y me encaminé a mi destino, Sapo me estaba esperando en la puerta. Al entrar me encontré al peor enemigo que podía imaginar, ni Centinelas, ni Hermandad, ni Fenix Oscuro, ni Galactus, un inspector del ministerio, preparado y listo para hacer una inspección en ese mismo instante y lugar.
Empezó a preguntar y pedir cosas, y aguantando el envite intenté resolver todas las cuestiones posibles. En un respiro que tuve ocasión de tomarme llamé a Kitty, la cual me echo la bronca del siglo por que tenía que estar atenta a lo que podía hacer Sapo. Mientras yo escuchaba pacientemente la charla constructiva de ésta, Sapo seguía con el inspector.
Al acabar mi comunicación con Kitty, fui a ver a Sapo el cual ya estaba solo, el inspector se había ido y Sapo, digamos que podría haberlo hecho mucho mejor si hubiera preguntado.
A todo esto averigüé donde estaba Emma ( La reina blanca ) estuvo conversando con sus amigas, en el periodo que duró la inspección. Para eso está ella.
En fin que ya sabéis, nos podemos enfrentar con la peor calaña del mundo mutante, o con los que se creen dioses, pero con el Ministerio, uff que miedo.
Nos vemos en los bares.
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