lunes, 5 de enero de 2009

Una partida de bolos

La gran duda de los días en los que no se quiere salir de fiesta (poquitos son) y no hay nada en los cines, es ¿Qué demonios se puede hacer para entretenerse? A mi gente no se le ocurrió otra nada más que irse a jugar una partida de bolos.
Lo mejor de todo es que englobábamos a todos los posibles jugadores que pueden aparecer en una partida normal, estaba:
"El picao" típico jugador que juega tantas partidas como pueda hasta que gane y sólo venía a jugar.
"El tapao" es un picao encubierto, no habla, no se relaciona, sólo está concentrado en la partida.
"La yanki" Todos sabemos que en América hay afición por los bolos, imaginaros como juega, de strike en strike y sigue jugando.
"El suertudo" como le de una racha a este jugador, tira sus bolos y los de las calles laterales.
Y luego está la que va a jugar, por jugar, por divertirse, que hay poquitas.

Imaginaros que partida más entretenida, que no juegue, me dedique a incrementar el pique del "picao" y "la yanki" (más divertido). Pues lo mejor de todo no ocurrió en la partida; al salir del lugar en cuestión, vamos a coger el vehículo para volvernos a casa como buenas personas, y la dueña del mismo, dice:

- Me han quitado (hago un apunte, no voy a decir lo que le quitaron pero si voy a insinuarlo, ya que la dueña del vehículo me pidió que no lo pusiera) el objeto lateral que sirve para ver a los demás vehículos que vienen por detrás.
En esto que "el tapao" y "el picao" se ponen en marcha, uno dice que no se preocupe y rápidamente el otro agudiza su visión y localiza un nuevo objetivo. El mismo vehículo unas filas más atrás del nuestro.
Nos ponemos a su lado y zas objeto perdido encontrado. Uno nuevo, solo teniendo que engancharlo en su sitio. Problema y cabreo resuelto.

Así que ya sabéis si tenéis algún problema no dudéis en llamar a:
"el picao", " el tapao" y la jugadora.

Nos vemos en los bares.

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