Hoy Kitty y yo hemos hecho una visita a los centinelas. Para aquellos que no los conozcan son unos robot gigantes con el único fin de matar mutantes, (en nuestro caso es más incordiar que otra cosa, ya que estamos hablando de una empresa muy grande en el sector que me muevo).
Bien temprano por la mañana, de hecho el sol todavía no se había despertado, nos embarcamos en la misión de vigilar las acciones de Los centinelas, ya que no sabíamos de sus movimientos en una larga temporada. El pájaro negro surco con más problemas de los previsto (menudo tráfico por la mañana) para llegar a la guarida de los robots, los cuales ya estaban en movimiento y planeando un nuevo asalto a los asentamientos mutantes. Sin ningún miedo, ni temor Kitty y yo nos acercamos dispuestas a una batalla cruda y violenta. Y sin decepcionarnos, Los centinelas fueron al ataque en cuanto nos vieron, pero no tenían nada que hacer.
EL dicho "cuanto más grandes son, más grande es la caída", pues es cierto. Kitty entró en fase y rompió todos los circuitos de los robot, yo me dediqué a dar mamporros a diestro y siniestro. Pero era más fácil todavía ya que algunos se molestaban entre ellos a la hora de pelear. La ventaja de ser dos contra muchos, es que en una melé los muchos se entorpecen ya que no estaban organizados de ninguna forma (básicamente se contradecían unos a otros, incluso no se hablan entre ellos).
Al final de la mañana, ya cansadas de tanto ejercicio, decidimos dejarlos ya que sabíamos que hasta dentro de unos cuantos días no volverían a dar señales de vida.
O no, con ellos nunca se sabe.
Ha sido un día muy productivo. Nos vemos en la próxima.
1 comentario:
Tu dando mamporros a diestro y siniestro. Esa es mi Picara
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